jueves, 10 de marzo de 2016

CASTIGOS Y TORTURAS EN LOS GULAGS.

Tras la disolución de la URSS en 1991 fue reconocido que los métodos utilizados para obtener confesiones de los acusados consistían en golpearlos diariamente, no dejarlos dormir, mantenerlos de pie y sin comida durante días y amenazarlos con arrestar y ejecutar a sus familias. De esta manera finalmente cedían. En otros casos, a militantes endurecidos en la persecución zarista (y poco impresionables con la tortura) se les convenció de aceptar la humillante confesión pública insistiendo en que deberían someterse por el bien del comunismo. Estos acusados, sin embargo, también eran ejecutados después de su confesión pública.


Sin embargo, estos castigos se quedan cortos al lado de las grandes atrocidades que sufrían los prisioneros en los Gulags.

Torturas, ejecuciones públicas, abortos forzados, violencia sexual y hambruna masiva eran muchos de los métodos que se usaban allí.

Tenían derecho a matar a los prisioneros e incluso podían recibir recompensas por ello.  Una práctica habitual era dejar escapar a propósito a los prisioneros para matarlos y más tarde obtener la recompensa.


Había salas de tortura con tanques de agua para sumergir a los prisioneros y ganchos en las paredes para colgar a los internos del revés. Los prisioneros eran obligados a mantener posiciones con los brazos abiertos hasta caer exhaustos. Estas posiciones llevaban nombres como " la balanza, el avión, la moto". También, eran colgados del techo con las manos hacia atrás en la llamada  “tortura de la paloma”, y los guardias, que se divertían ante estas situaciones, pegaban en el pecho a los prisioneros hasta que vomitaban sangre.


                                      

                                      


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