jueves, 10 de marzo de 2016

CAMPOS DE CONCENTRACIÓN EN LA ACTUALIDAD.

Actualmente, en Corea del Norte podemos observar que hoy en día aún siguen existiendo los campos de trabajo forzado o campos de concentración.

Sin embargo, un oficial del ministerio de Exteriores representante de Pyongyang en Naciones Unidas ha negado ante un grupo de periodistas que su Gobierno tenga campos de prisioneros, sino centros "de trabajo para reformar" a los detenidos. Según su explicación, se trata de lugares de "detención donde las personas revisan su ideología y reflexionan sobre sus actos inmorales".

Ante estas palabras, exprisioneros de estos campos han querido dar testimonio del horror que habían vivido allí.

"Trabajábamos más duro que animales. El día empezaba a las 4:30 de la mañana, antes de poder comer nada. En verano, cuando los días son más largos, trabajábamos hasta las 8 o las 9 de la noche. Parábamos cuando oscurecía. Pero el día no terminaba ahí. Después de comer, teníamos que meditar acerca de nuestro día de trabajo y recitar los principios del Partido Obrero y aprender sus himnos. Para entonces ya era medianoche", cuenta Ji-hyun Park, que fue deportada desde China a donde había escapado de Corea del Norte. “Muertas de hambre, las mujeres comían patatas crudas directamente sacadas del suelo. En su desesperación ni siquiera se molestaban en quitarles la tierra. Algunos prisioneros comían semillas encontradas entre el estiércol de animales o de los restos de comida para perros y vacas.”


Pero Ji contrajo tétanos por una herida en la pierna. Y ya no era útil en el campo. Se la dejó ir. Y por suerte, volvió a escapar a China.

OTROS EXPERIMENTOS.

Hipotermia y congelación

El estudio de la congelación en humanos se realizó con el objetivo de simular las condiciones que padecían los militares en el Frente del Este.

Las investigaciones fueron comandadas por el doctor Sigmund Rascher en los campos de Auschwitz, Birkenau y Dachau.

Los conejillos de indias de estos experimentos inhumanos fueron jóvenes rusos y judíos. Colocaban a cada una de las víctimas en barriles de agua congelada o se les dejaba completamente desnudos a la intemperie sufriendo temperaturas de congelación.  La mayor parte de jóvenes moría al situarse su temperatura corporal por debajo de los 26 grados centígrados.


Quemaduras con químicos

El campo de Buchenwald también fue escenario de investigaciones espantosas. Se quemaba con fósforo a prisioneros, principalmente gitanos, para estudiar las consecuencias de algunos compuestos químicos en el cuerpo humano.


Pruebas con alta presión a grandes alturas
Probablemente uno de los experimentos más brutales fue el realizado por Sigmund Rascher. Himmler, dirigente de las SS, alentó a Rascher para que investigara la conducta humana en condiciones extremas de presión atmosférica ya que quería saber  sobre la altura máxima a la que los soldados paracaidistas y los pilotos de los aviones militares podían saltar al vacío sin padecer daños.


De los más de dos cientos sujetos que participaron en las pruebas de Rascher, setenta fallecieron. Uno de ellos, un judío de 37 años que fue obligado a tirarse desde una altura de 12.000 metros. Después del tercer salto desde esa altura, sufrió una agonía y murió al cabo de pocos minutos.

MENGELE Y LA FAMILIA OVITZ.

El viernes 19 de mayo de 1944 fue un día de suerte para Mengele. En el tren llegó la familia Ovitz, formada por 7 enanos que se dedicaban al mundo del espectáculo.

Ser diferentes les salvó. No podían realizar ningún trabajo, pero eran útiles para los experimentos de Mengele.

La Familia Ovitz procedia de un pueblo hungaro llamado Rozavlea (actualmente pertenece Rumania). Eran judíos religiosos y formaban una troupe que se ganaba la vida actuando en teatros. Alcanzaron una gran fama por sus actuaciones.

Tras su llegada a Auschwitz comenzaron a ser objeto de diferentes experimentos: inyecciones de sustancias en los ojos que les dejaban temporalmente ciegos, extracciones de sangre que les debilitaban, administración intravenosa de sustancias desconocidas, mediciones, radiografías, arrancamiento de pestañas, cejas....

Perla Ovitz nos dice:

“Cada pocos días los médicos nos sacaban sangre. Desde la noche antes no podíamos comer. Era una jeringa muy grande, y era enorme la cantidad de sangre que nos sacaban. Nos quedábamos exhaustos porque ya estábamos muy débiles y hambrientos.  Eso no detenía a Mengele. Él tenía que acostarnos y cuando nos recobrábamos nos sacaban sangre otra vez. Los médicos y las enfermeras eran también prisioneros y no intentaban evitarnos el dolor. Nos pinchaban sin cuidado. A menudo nos sentíamos mareados y vomitábamos mucho. Cuando volvimos al barracón nos derrumbábamos en las literas pero antes de recuperarnos nuevamente éramos llamados para una nueva extracción.
El Dr. Mengele nunca nos pegaba, chillaba o insultaba. Todos sabíamos que él era despiadado y capaz de los comportamientos más sádicos…Pero a pesar de todo cuando iba a nuestra habitación cambiaba de conducta, se calmaba llegando a ser una persona amable. Cuando estaba de buen humor la gente decía: va a ver a los enanos…Era una bestia amable. Nosotros siempre nos preguntábamos como un hombre como él podía haber llegado a ser un nazi… A menudo decía: con vosotros tengo trabajo para 20 años.

No sé qué experimentos médicos concretos hicieron con nosotros…A menudo nos ponían unas gotas en los ojos que nos dejaba ciegos casi todo el día. Nos ponían inyecciones en los oídos y en casi todos los órganos…”


                                     

EXPERIMENTOS. MENGELE Y LOS GEMELOS.

En mayo de 1943 Mengele ingresó a Auschwitz como investigador médico. Ansioso por hurgar entre los secretos de la genética, ya que acorde con las ideas de Hitler, buscaba la imposición y el desarrollo de la raza aria, el modelo humano ideal para los nazis. Según sus teorías, si de alguna manera la ciencia lograba asegurar que las mujeres arias dieran a luz gemelos rubios de ojos azules, el mundo se podría salvar, es decir, repoblar con esta raza “pura”.

Genéticamente hablando, para Mengele los gemelos representaban un misterio. Y el campo de concentración al que había llegado era un sitio ideal donde obtener pacientes para sus experimentos, dada la gran cantidad de parejas de hermanos disponibles.

Una vez seleccionados, a los gemelos se les permitía conservar su pelo y su ropa; luego eran tatuados con un número y se los alojaba en una barraca exclusiva para los hermanos. 

Luego, día tras día llegaba el  momento en que las parejas eran llamadas al laboratorio. Diariamente, cada paciente era sometido a una extracción de sangre, a veces incluso tenían que soportar transfusiones de un gemelo a otro. En el laboratorio, los niños eran obligados a desnudarse y permanecer acostados uno al lado el otro; luego su anatomía era cuidadosamente medida y estudiada durante horas, para observar las similitudes y diferencias entre los miembros de cada pareja. 

Pero esto llegó a límites inimaginables de crueldad. Por ejemplo, Mengele intentó “fabricar” ojos azules; para ello inyectaba químicos en los ojos de los pacientes, causándoles infecciones y ceguera. Además, a propósito se inyectaban enfermedades como tifus y tuberculosis en un gemelo y en otro no, para cuando uno moría, el hermano era asesinado para comparar los efectos de la enfermedad.


                                       


                                      

TESTIMONIOS DE SUPERVIVIENTES DE LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN.

RUTH WEBBER

Nació en 1935, en Ostrowiec, Polonia y describe presenciar un castigo brutal en el campo de Ostrowiec.

"He visto mucha gente muerta, por todos lados, y supongo que, cuando se ven tantos, no da tanta impresión. Una vez en Ostrowiec Lager (un campo de concentración), yo había ido a la letrina y de repente hubo un alboroto y todos corrieron hacia las barracas, porque se suponía que era ahí donde tenían que ir, y yo me quedé atrapada en el baño. Me levanté del asiento y miré hacia afuera por una ventanita que había arriba. Lo que había sucedido era que algunas personas habían intentado escapar, pero fueron atrapadas. Y supongo que las hirieron. Hubo disparos. Llamaron creo que a cuatro personas para que cavaran fosas justo afuera del alambre de la cerca del campo. Trajeron a esas personas que habían intentado escapar, que habían sido heridas de bala, pero no estaban muertas. Hicieron que los otros judíos enterraran a esas personas que aún no estaban muertas y que suplicaban no ser enterradas, que aún estaban vivas y les pedían que hicieran algo para matarlas. Pero no hicieron nada, las enterraron vivas. Y esa gente tenía que hacerlo, no había opción. Esa pobre gente que fue elegida para hacerlo porque, de otra forma, ellos mismos hubieran terminado muertos. Esa fue una experiencia muy pero muy traumática. Aún puedo escucharlos gritar"


SIEGFRIED HALBREICH

Nació en 1909, en Polonia y describe las condiciones y los trabajos forzados en el campo de Gross-Rosen.


"Durante el día, teníamos que marchar a la cantera de piedra. Diría que quedaba a unos 20 min. Era un terreno montañoso y ahí nos hacían trabajar. Teníamos que trabajar en esta cantera y cargar piedras pesadas, y la gente se moría como moscas. En el camino de regreso, todos teníamos que llevar una piedra grande sobre los hombros hasta el campo; al llegar a casa —es decir, a las barracas, al campo— luego del informe, contaban cuántas personas quedaban o si la cantidad de gente que regresaba era la misma que se había ido. Decían: “Vuelvan todos al campo, a las barracas, pero que los judíos se queden”. Y teníamos que continuar construyendo el campo hasta las doce de la noche. Todo esto sin comer. Cuando volvíamos a las barracas, estábamos tan cansados que ni siquiera teníamos apetito. Nos dormíamos. Y por la mañana, a las cinco o seis en punto, otra vez arriba y otra vez lo mismo.


DORIS GREENBERG

Nació en 1930, en Varsovia, Polonia y describe el procedimiento para los recién llegados a Ravensbrueck.

"Cuando íbamos a los baños, realmente esperábamos morir. Realmente lo esperábamos y pensábamos que probablemente no tardarían más en asesinarnos  con gas. Pues bien, nos sorprendimos mucho cuando salió agua. Y realmente nos bañamos. Incluso había un jabón gris que parecía piedra pómez, pero un poco más suave. Pero no había gas. Así que nos bañamos y fuimos hasta el otro extremo del edificio y nos dieron uniformes rayados. Y entonces comprendí por qué queríamos tomar el veneno antes de entrar: porque a cada grupo que entraba antes que nosotros nunca lo veíamos salir, no los reconocíamos. Estaban afeitados y vestían uniformes rayados. Entonces, cuando nos dieron los uniformes nos dieron tamaños imposibles; a una persona grande le daban uno diminuto, a una persona diminuta le daban uno grande. Pero salíamos vivos. Y teníamos nuestros números y un triángulo, y nos asignaban a las barracas. Cuando entramos en las barracas, en la pared vimos escritura judía: nombres, mensajes, mensajes muy pero muy desgarradores y los nombres de las personas. "Estuvimos aquí. Somos los últimos. Díganles a los demás que nos recuerden". Era muy triste.


INTRODUCCIÓN A LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZIS.

Los alemanes crearon una serie de instalaciones de detención para encarcelar y eliminar a los “enemigos del estado.” La mayoría de los prisioneros en los primeros campos de concentración era comunistas alemanes, socialistas, social demócratas, gitanos, testigos de Jehová, homosexuales...etc.

Equipos especiales de las SS llamados “Unidades de la calavera” vigilaban los campos. Durante la Segunda Guerra Mundial, médicos nazis hacían experimentos sobre los prisioneros de algunos campos. (De los cuales hablaré en alguna de las próximas entradas)

Después de la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939, los nazis abrieron campos de trabajos forzados donde miles de prisioneros murieron de agotamiento y hambre. Más tarde, con la invasión alemana de la Unión Soviética en junio 1941, los nazis aumentaron el número de campos de prisioneros de guerra. Algunos de los campos fueron construidos dentro de campos de concentración ya existentes, como en Auschwitz en Polonia.

Para facilitar la “Solución Final” (el exterminio  de los judíos), los nazis abrieron campos de exterminio en Polonia. El primer campo de exterminio, abrió en diciembre de 1941. Ahí los judíos y romas fueron gaseados en camiones.

Los nazis construyeron cámaras de gas para aumentar la eficiencia del proceso. En Auschwitz, el campo de exterminio de Birkenau tenía cuatro cámaras de gas, y hasta ocho mil judíos fueron gaseados cada día.


Bajo la dirección de las SS, los alemanes mataron más de tres millones de judíos en los campos de exterminio de la Polonia ocupada.

CASTIGOS Y TORTURAS EN LOS GULAGS.

Tras la disolución de la URSS en 1991 fue reconocido que los métodos utilizados para obtener confesiones de los acusados consistían en golpearlos diariamente, no dejarlos dormir, mantenerlos de pie y sin comida durante días y amenazarlos con arrestar y ejecutar a sus familias. De esta manera finalmente cedían. En otros casos, a militantes endurecidos en la persecución zarista (y poco impresionables con la tortura) se les convenció de aceptar la humillante confesión pública insistiendo en que deberían someterse por el bien del comunismo. Estos acusados, sin embargo, también eran ejecutados después de su confesión pública.


Sin embargo, estos castigos se quedan cortos al lado de las grandes atrocidades que sufrían los prisioneros en los Gulags.

Torturas, ejecuciones públicas, abortos forzados, violencia sexual y hambruna masiva eran muchos de los métodos que se usaban allí.

Tenían derecho a matar a los prisioneros e incluso podían recibir recompensas por ello.  Una práctica habitual era dejar escapar a propósito a los prisioneros para matarlos y más tarde obtener la recompensa.


Había salas de tortura con tanques de agua para sumergir a los prisioneros y ganchos en las paredes para colgar a los internos del revés. Los prisioneros eran obligados a mantener posiciones con los brazos abiertos hasta caer exhaustos. Estas posiciones llevaban nombres como " la balanza, el avión, la moto". También, eran colgados del techo con las manos hacia atrás en la llamada  “tortura de la paloma”, y los guardias, que se divertían ante estas situaciones, pegaban en el pecho a los prisioneros hasta que vomitaban sangre.


                                      

                                      


¿QUIÉNES FUERON ENVIADOS A LOS GULAGS?

Cientos de miles de miembros del Partido Comunista Soviético, socialistas, anarquistas y opositores fueron perseguidos o vigilados por la policía en el periodo de La Gran Purga (serie de campañas de represión y persecución políticas llevadas a cabo en la Unión Soviética en el final de la década de 1930 paraeliminar toda posible fuente de oposición a la transición del socialismo al comunismo). Se llevaron a cabo juicios públicos y  se les enviaron a estos campos de concentración  y otros cientos de miles fueron ejecutados.

En el segundo juicio en Moscú fueron juzgados diecisiete miembros del Partido. Trece fueron sentenciados a muerte y fueron fusilados, mientras que el resto fueron enviados a los Gulags, donde no sobrevivieron mucho tiempo.

Las detenciones fueron en aumento y de forma cada vez más arbitraria, y cientos de miles de ciudadanos fueron detenidos, juzgados y enviados a los gulags. En muchos casos, incluso ejecutados. La mayoría de los “Enemigos del Estado” que fueron detenidos eran militantes del Partido Comunista y altos mandos de las Fuerzas Armadas.

Socialistas, anarquistas, kulaks (agricultores con tierras propias) y, como ya he dicho, miembros del KOMINTERN (la Internacional Comunista) y de las Fuerzas Armadas, refugiados extranjeros o hasta veteranos de la Guerra Civil Española, eran enviados a los Gulags. De hecho, cualquiera que perteneciera a una minoría era enviado allí.

Los delitos castigados con loa Gulags iban desde el levantamiento armado, el zarismo o el espionaje, hasta el contacto con extranjeros, la propaganda y la ayuda a la burguesía internacional.

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LOS GULAGS.

Las instalaciones de los distintos tipos de campos de detención fueron levantadas a partir de 1918, como una extensión reformada de los antiguos campos de trabajo (katorgas), que estuvieron operativos en Siberia como parte del sistema penal en la Rusia Imperial.

Los dos tipos principales fueron los «Campos de propósito especial de Vechecka» y los campos de trabajo forzoso.

El Gulag fue establecido oficialmente como una institución de toda la unión y como administración principal de la policía secreta soviética (NKVD), el 25 de abril de 1930 como el “Ulag”, y fue renombrado como “Gulag” en noviembre.

En 1931–1932, el Gulag tenía aproximadamente 200.000 prisioneros en los campos; En 1935 aproximadamente 800.000 en campos y 300.000 en colonias, y en 1939 cerca de 1,3 millones en campos y 350.000 en colonias.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la población del Gulag descendió bruscamente, debido a la liberación de cientos de miles de prisioneros que fueron reclutados y enviados directamente a las líneas del frente, y a un excesivo incremento de la mortalidad en 1942–1943.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el número de presos en los campos de prisioneros y colonias volvió a crecer bruscamente, alcanzando aproximadamente 2,5 millones de personas a principios de los años 1950.

Oficialmente, el GULAG fue liquidado el 25 de enero de 1960.



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