Hipotermia y congelación
El estudio de la congelación en humanos se realizó con el
objetivo de simular las condiciones que padecían los militares en el Frente del
Este.
Las investigaciones fueron comandadas por el doctor Sigmund
Rascher en los campos de Auschwitz, Birkenau y Dachau.
Los conejillos de indias de estos experimentos inhumanos
fueron jóvenes rusos y judíos. Colocaban a cada una de las víctimas en barriles
de agua congelada o se les dejaba completamente desnudos a la intemperie
sufriendo temperaturas de congelación. La mayor parte de jóvenes moría al situarse su
temperatura corporal por debajo de los 26 grados centígrados.
Quemaduras con químicos
El campo de Buchenwald también fue escenario de
investigaciones espantosas. Se quemaba con fósforo a prisioneros,
principalmente gitanos, para estudiar las consecuencias de algunos compuestos
químicos en el cuerpo humano.
Pruebas con alta presión a grandes alturas
Probablemente uno de los experimentos más brutales fue el
realizado por Sigmund Rascher. Himmler, dirigente de las SS, alentó a Rascher
para que investigara la conducta humana en condiciones extremas de presión atmosférica
ya que quería saber sobre la altura
máxima a la que los soldados paracaidistas y los pilotos de los aviones
militares podían saltar al vacío sin padecer daños.
De los más de dos cientos sujetos que participaron en las
pruebas de Rascher, setenta fallecieron. Uno de ellos, un judío de 37 años que
fue obligado a tirarse desde una altura de 12.000 metros. Después del tercer
salto desde esa altura, sufrió una agonía y murió al cabo de pocos minutos.
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